"Fidelio", la única ópera de Beethoven(Drama lírico en dos actos, sobre libreto basado en el drama francés "Leonore" de Jean Nicolas Bouilly, adaptado al alemán por J. Sonnleithner, S.Breuning y G.F. Treitschke. Se representó por primera vez en Viena - Austria -, en el Theater an der Wein, el 20 de noviembre de 1805).

El éxito del oratorio Cristo en el Monte de los Olivos aumentó la fama de Beethoven en Viena y dio pie a que Schikaneder le encargara una ópera para su recientemente inaugurado "Theater an der Wien".

El 30 de marzo de 1803 Allgemeine musikalische zeitung anunció que Beethoven escribiría una ópera para este teatro. Poco se oyó hablar de este proyecto hasta el 29 de mayo de 1805, fecha en la que se anunciaba en el mismo periódico la impaciencia de con que se esperaba la obra con que Beethoven se presentaría por primera vez como compositor dramático. Al igual que el compositor Paer, utilizó el texto de Leonora. Se trataba de una traducción realizada por el por Josef Sonnleithner de un libreto francés de Jean Nicolás Bouilly, que a su vez afirma en sus memorias que la trama se basaba en un hecho real ocurrido en Turena, y que simplemente había cambiado el lugar de acción a España. (Las escenas se desarrollan en una fortaleza destinada a prisión del Reino,- patio y subterráneo de la prisión -, en las cercanías de Sevilla – España – en el siglo XVI).

Poco se sabe de la composición de la obra , exceptuando que Beethoven continuamente la revisaba. El preludio del segundo acto lo escribió por lo menos 18 veces, la entrada del coro werein holdes weib errugen 10 veces, y para la gran aria de Leonora hizo muchos bocetos antes de completar su versión final. Originalmente, la ópera tenía por título Leonora, pero con objeto de evitar confusiones con la obra de Paer, el teatro insistió en titularla Fidelio. Se le dedicó mucha publicidad desde un principio, e incluso Beethoven se estableció en el "Teather an der Wien" para presenciar los ensayos.

La compañía estaba formada por un grupo muy heterogéneo, tal que como se estilaba en los teatros alemanes de la época; el repertorio incluía óperas y comedias, pero la especialidad musical del teatro era el Singspiel, con preferencia a la ópera italiana. Aquel tipo de espectáculo dependía mucho más de la personalidad teatral de los artistas que de su buena voz.

El reparto de Leonora en su estreno no fue tan "operístico" como hoy lo exigiríamos: las sopranos y uno de los tenores no contaban más allá de 20 años y a uno de los bajos se le describía como cantante insignificante y actor celoso. El momento en que se vivía no era propicio: en otoño de 1805 los franceses avanzaban sobre Austria y las clases más pudientes y los protectores usuales del teatro, huyeron. El 9 de noviembre se marchó la emperatriz y cuatro días más tarde entraban los franceses en Viena. El día 15 Napoleón estableció su cuartel general en el Schönbrunn, y las tres representaciones de Leonora en su versión original tuvieron lugar el 20, 21 y 22 de noviembre.

La crítica no fue muy entusiasta en su acogida, tanto Freymüthige como Zeitung für die elegante welt y el ya citado Allgemeine musikalische zeitung calificaban la música de ineficaz y reiterativa y no añadía nada nuevo al talento de Beethoven.

Sólo unos pocos amigos de Beethoven se atrevieron a indicar a su mecenas , el príncipe Charles Lichnowsky, para que obligara a Beethoven a efectuar unos cambios eliminando la pesadez del primer acto; lo consiguieron: se eliminó un aria con coro, un dueto cómico y un trío cómico. Breuning revisó el libreto dando más agilidad y vivacidad a la acción; y la obra se presentó en su versión revisada el 29 de marzo de 1806 con mayor éxito que el obtenido anteriormente. Pero Beethoven no estaba satisfecho con los coros y exigía más ensayos -hay que tener en cuenta que Beethoven cobraba en porcentaje a los ingresos de las representaciones en lugar de honorarios fijos- hasta tal punto que el intendente del Teatro, el barón Braun, fue acusado por Beethoven de estafa. Al llegarse al extremo de que la soprano Anna Milder se negó a cantar en el adagio de la gran aria de Leonora, Beethoven tuvo que revisar de nuevo su obra.

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